martes, 8 de mayo de 2012

El regreso

No me lo esperaba, pero así fue...el viaje tuvo serios problemas de conexión, no sé si fueron los hoteles los rascas o la falta de tiempo, pero definitivamente la banda de internet no era muy ancha y costaba años subir fotos de nuestra peripecia, por eso boté todas mis ganas escribanas y puse mi sensibilidad a flor de poros solamente para sentir y apreciar con mis 8 sentidos (si 8) todo lo que pasaba por mis ojos. Por eso este blog será un poco patas pá rriba o a contra pelo, pero acaso no lo es casi todo en mi vida?
Bueno comienzo con el regreso, esa sensación exquisita que te invade cuando ya divisas el avión LAN que en la puerta te espera con diarios CHILENOS y por fin escuchas el acento que te identifica. En ese minuto no importa que te falten 14 horas de vuelo, porque sabes que de alguna forma u otra, el próximo aterrizaje será en Chile, mierda.
Y te acojinas en el asiento, luego viene el pichicateo para dormir su poco, ya los botones de la pantalla de las películas del avión pasan a tercer plano porque te has cansado de mirar cuanto falta en el mapita para aterrizar pero ahí están, aparecen de repente después del anaranjado del amanecer, son las montañas de Los Andes que te saludan como reconociendo tu pasaporte. "Llegaste jetona", parecen decirte! y yo, claro, me emociono y lagrimeo.
Sólo un par de horas más tarde a punto de aterrizar en casita, mi hijo me agradece el viaje, y vuelvo a emocionarme porque sé que lo hace de corazón y sobretodo porque sé aún más a ciencia cierta, que su agradecimiento más profundo vendrá cuando yo ya no esté a su lado y sepa que nuestro viaje fue un regalo que nos dio Dios para conectarnos mejor que nunca, para enseñarme a soltar ahora que pronto sale del colegio y nuevamente emigra del nido pero sobretodo porque fue un regalo de recuerdos que nos mantendrán unidos para siempre.
Las ruedas de las maletas parecen perseguirme pidiendo clemencia y ya puedo divisar a los mios. Mi hija y mi marido, que parecen de algun modo distintos, y no me importa nada y cruzo el ventanal para besarlos y abrazarlos, cuanto quería este abrazo, cuanto quería este momento!
Apenas llegados vamos directo a dejarle flores a mi viejo y a mi abueli, ellos, nuestros ángeles guardianes a quienes sentí protectores durante todo el viaje, ellos merecen esas rosas, ellos merecen todo, absolutamente todo.
Se abren las maletas y salen los regalos, y voy sintiendo el olor de mi cama, de mi jardín que parecía haberse quedado congelado desde que me fui, mis gatos ahora me miran desconcertados y el perro se altera de felicidad. Llegamos!
Mi hijo parte a conectarse con banda ANCHA, desesperado en menos de 1 hora ya tiene panorama..al cine!!! "cómo lo haces?" le pregunto, "vienes sentado hace 15 horas y te vai a sentar de nuevo?" en fin, juventud divino tesoro, el feliz se ducha y parte.
Yo ordeno, casi compulsivamente meto la ropa sucia a lavar y me interno en el baño, en mi ducha, mis toallas y en mi hogar. Estoy en casa, hogar dulce hogar, acá pertenezco y acá creo mi historia.

2 comentarios:

  1. profe que cierto es todo lo que dice, esa mezcla de alegría y emoción que uno siente cuando está pronto a llegar a su país, a su tierra y abrazar a nuestros seres queridos es sin duda algo que solo cuando se viaja se siente, imagínese como se ven incrementadas todas estas emociones cuando se ha estado mas de 8 meses en un país que no es el nuestro.....

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  2. asi es Franco, se aprecia más la pachamama cuando uno está lejos. Yo ahora cuando regreso me creo el Papa y casi beso la tierra chilena jiji

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